Un testigo (que prefiere mantenerse en el anonimato) nos informa de los siguientes hechos:
Dos coches de la policía secreta irrumpen en una zona de encuentro gay de la ciudad, tras reunir en un solo punto a los que se encontraban en dicho lugar, comienzan a identificarlos con excesivo recelo y coaccionando a los presentes para que definiesen su orientación sexual, todo esto acompañado no solo de mofas por parte de la policía local, sino también, de amenazas y humillaciones de índole homófoba.
“A ti lo que te gusta es que te la metan bien por el culo, que ese de ahí te ponga mirando a Cuenca y te salga el capullo por la boca” o “La próxima vez que veamos vuestros coches por aquí os los quitaremos y ya se nos ocurrirá el motivo” según el testigo son algunas de las perlas que la policía local de Albacete espetó a los allí presentes en una especie de demostración de fuerza y sin ni siquiera permitirles tipo alguno de defensa.
Los hechos habrían ocurrido el viernes 30 de marzo sobre las 11 de la noche, dentro de un contexto social y político que nunca antes se había dado en la historia de la democracia de esta ciudad. Tan sólo hay que fijarse en la ordenanza municipal desde la toma de posesión del cargo por parte de la Sra. Carmen Bayod y en relación a determinadas minorías con riesgo de exclusión social.